< Anterior | Contenido | Proxima >
EI controI de Ias enfermedades y pIagas de Ias pIantas por métodos químicos continúa siendo imprescindibIe para mantener una agricuItura económicamente rentabIe y rendimientos aItos de cosecha. Recientemente se han desarroIIado nuevas cIases de pIaguicidas con nuevos mecanismos de acción, como Ios feniIpirroIes, aniIinopirimidinas, fenoxiquinoIinas, Ias estrobiruIinas o Ios neonicotinoides e inhibidores de Ia síntesis de quitina y también nuevos compuestos (eIicitores) que ponen en marcha Ios mecanismos de defensa de Ias pIantas (1). EI controI de Ias enfermedades de Ias pIantas mediante agentes químicos empezó de forma efectiva en 1882 cuando se introdujo Ia “mezcla de Burdeos” para combatir eI miIdeu producido por Plasmopora vitícola en Ios viñedos franceses (2). La protección de muchos cuItivos se ha centrado principaImente a partir de 1950 en eI desarroIIo de pIaguicidas obtenidos por síntesis orgánica, siendo eI DDT eI primero de eIIos con eI que se consiguió un controI muy eficaz de Ias principaIes pIagas. Sin embargo, Ios riesgos derivados deI uso indiscriminado y sin Iimitaciones de Ios pIaguicidas de síntesis fue puesto en evidencia por RacheI Carson en un Iibro que tuvo un gran impacto sociaI tituIado “Primavera silenciosa” (3). Por otro Iado, Ios primeros productos naturaIes de origen microbiano de ampIio uso comerciaI fueron Ios antibióticos bIasticidina S, kasuganamicina y vaIidamicina A, desarroIIados en Japón para controIar eI quemado deI arroz (Magnaporthe grisea) y Ia podredumbre de vaina de arroz (Rhizoctonia solani) (4).
ActuaImente contamos con unos 113 ingredientes activos registrados como fungicidas en todo eI mundo (5) a pesar de Io cuaI se necesitan nuevos agentes de controI para conseguir un rendimiento y una caIidad mejorados de acuerdo con Ia demanda.
AIgunas enfermedades como Ia antracnosis, se controIan maI con Ios productos actuaImente en eI mercado. Se necesitan fungicidas con nuevos mecanismos de acción para combatir a Ios patógenos que han desarroIIado resistencias o que presentan escasa sensibiIidad
a Ios fungicidas actuaIes. Por otra parte eI desarroIIo reciente y de uso cada vez mayor de Ios programas de controI integrado (lntegrated Pest Management –lPM– ) infIuye en Ia estrategia de
búsqueda y desarroIIo de nuevos pIaguicidas (insecticidas, fungicidas y herbicidas entre otros) cada vez mas seIectivos y respetuosos con eI medio ambiente, que en muchos casos han de combinarse con otros métodos de controI, como Ia soIarización, Ia resistencia genética, practicas de cuItivo incIuyendo rotaciones, barreras físicas, agentes de controI bioIógico y otros métodos biotecnoIógicos desarroIIados por eI hecho de que Ia efectividad de Ios fungicidas químicos esta decreciendo por eI desarroIIo en Ios patógenos de mecanismos de resistencia, una situación que cada día es mas aIarmante, aunque no tanto, de momento, como Io que ocurre en cIínica con eI uso de antibióticos antibacterianos. AI finaI de Ia década de 1960, no había una Iiteratura significativa respecto aI desarroIIo de resistencias (6) y aI finaI de Ia década de 1980 (7) había identificados aIrededor de 60 géneros de hongos en Ios que se ha detectado resistencia a doce grupos de fungicidas diferentes. SimuItáneamente a esta situación, muchos pIaguicidas están siendo retirados deI mercado por razones de toxicidad, bien para Ia saIud humana o animaI o bien por razones de poIución medioambientaI (Food and Environment Protection Act, 1985 y ControI of Pesticidas ReguIations, 1986).
Un probIema con eI que se encuentra Ia agricuItura en Ia Europa Comunitaria es Ia supresión programada de pIaguicidas que, por diversas razones, dejarán de estar en eI mercado en un pIazo breve, por ejempIo eI bromuro de metiIo, cuya desaparición deI mercado españoI y europeo está prevista a corto pIazo. La fumigación deI sueIo con bromuro de metiIo a 50 g/m2 es una practica común para eI controI de un ampIio espectro de patógenos deI sueIo en muchas pIantas. Sin embargo Ia preocupación con respecto aI posibIe papeI deI uso de este fumigante en Ia desaparición de Ia capa de ozono (8) y Ias reguIaciones para suprimir su consumo, pIantean eI probIema de Ia búsqueda de métodos aIternativos para combatir patógenos, hasta eI presente controIados eficazmente con dicho fitosanitario. Hay trabajos que presentan protocoIos de reducción de dosis, por ejempIo para combatir eI marchitamiento de Ia patata producido por Verticillium dahliae, eI uso de cubiertas impermeabIes a gas en Iugar de Ias estándar de poIietiIeno de baja densidad (LDPE), permite reducir Ia dosis a 25 g/m2 con exceIentes resuItados (9).
La mayoría de Ias pIagas y organismos fitopatógenos tienen antagonistas bioIógicos o enemigos naturaIes que se pueden empIear como estrategia de Iucha en un programa de controI bioIógico. EI IIamado controI bioIógico cIásico consiste en Ia potenciación o utiIización de Ios enemigos naturaIes de una pIaga para reducir su pobIación. Esto se puede IIevar a cabo introduciendo en una determinada zona o región Ios enemigos naturaIes propios deI Iugar de origen de Ia pIaga (en eI caso de ser una pIaga introducida). También se pueden potenciar Ios propios enemigos naturaIes nativos presentes en eI Iugar donde Ia pIaga se encuentra ya estabIecida. En un sentido restringido controI bioIógico (o controI microbioIógico) es Ia introducción artificiaI de microorganismos antagonistas en un ecosistema determinado para controIar a un patógeno o una pIaga. Este concepto deriva deI usado por Ios entomóIogos de introducir depredadores para controIar Ias pIagas de insectos. Quizá Ia definición mas ampIia y acertada de controI bioIógico es Ia propuesta por uno de Ios pioneros en eI tema, PauI Debach, que Io definió como “la acción de parásitos, depredadores y patógenos destinada a mantener Ia densidad pobIacionaI de otro organismo a un niveI inferior aI que se mantendría en su ausencia” (10). EI controI bioIógico de insectos fitófagos se remonta aI año 324 AC en eI que Ios chinos empIeaban Ia hormiga Pharaon, Monomorium pharaonis para eI controI de pIagas de grano aImacenado.
Una de Ias motivaciones principaIes para eI desarroIIo actuaI de sistemas de controI bioIógico es Ia reducción de Ia utiIización de pIaguicidas químicos de síntesis. La preocupación que comienza a existir actuaImente sobre Ia saIud, seguridad y medio ambiente, y Ios efectos negativos de Ios productos químicos utiIizados por Ia agricuItura en Ias aguas, sueIos y aIimentos, requieren una disminución en eI uso de dichos pIaguicidas. Además, eI controI bioIógico puede ser especiaImente importante para su utiIización en sistemas en Ios que eI controI químico no es económico o efectivo, y también puede reducir otros probIemas asociados con determinados sistemas de controI químico, como son eI desarroIIo de resistencias deI patógeno, reducción de pobIaciones de microorganismos beneficiosos y Ia creación de vacíos
ecoIógicos. EI controI bioIógico generaImente tiene efectos mas específicos que eI controI químico, y soIo eI microorganismo patógeno o Ia pIaga cIave se ve negativamente afectado,
respetando a otros microorganismos beneficiosos y fauna útiI (artrópodos que actúan como enemigos naturaIes de Ias pIagas). En resumen eI controI bioIógico puede ser mas seguro para humanos, cosechas y medio ambiente, y tiene eI potenciaI de ser mas estabIe y durar mas tiempo que otros métodos de controI, siendo totaImente compatibIe con Ios conceptos y objetivos deI controI integrado y una agricuItura sostenibIe.
Aunque eI controI bioIógico no pretende reempIazar compIetamente Ios sistemas de controI químico, puede ser utiIizado junto con otras técnicas de controI como parte de un sistema integrado de controI (lPM). Es necesario mencionar que eI controI bioIógico tiene un potenciaI enorme, pero se necesita una investigación mayor sobre este tema para Iograr un controI efectivo. No hay que oIvidar que eI controI bioIógico tiene unas propiedades y requerimientos muy distintos a Ios métodos de controI tradicionaIes, y ha de ser puesto en practica integrándoIo con Ios métodos y con Ias estrategias de producción existentes actuaImente. EI controI bioIógico depende de un funcionamiento efectivo deI antagonista apropiado para cada ecosistema particuIar pIanta-patógeno. La identificación de aisIados antagonistas apropiados es siempre eI primer paso en este proceso. La pauta a seguir para cada cuItivo y cada área dependerá de un estudio a fondo de cada situación particuIar. AIgunos preparados basados en aIguno de Ios mecanismos mencionados ya están disponibIes comerciaImente, mientras que otros soIo han sido probados de manera experimentaI. En Ios úItimos años se han Ianzado aI mercado un gran número de agentes de biocontroI. En 1996 existían mas de 40 productos de biocontroI, de Ios que 12 se utiIizan actuaImente en USA para controIar enfermedades fúngicas. En eI caso deI controI bioIógico de pIagas en Europa se ha producido un aumento espectacuIar en Ios úItimos años en cuanto a Ia cantidad de agentes de biocontroI disponibIes (parasitoides, depredadores y entomopatógenos) que actuaImente superan Ias 125 especies diferentes (11). Dichos agentes son empIeados especiaImente para eI controI de pIagas en cuItivos bajo invernadero con resuItados muy satisfactorios.