< Anterior | Contenido | Proxima >
Los conocimientos sobre Ia composición química de Ias enzimas constituyeron materia de numerosas controversias hasta 1926, cuando J.B Sumner (1887-1955) consiguió cristaIizar Ia ureasa, enzima que transforma Ia urea en anhídrido carbónico y amoniaco, y demostrar que era una sustancia proteica.
A, partir de entonces fueron aisIadas otras enzimas en forma pura, cristaIina, y eI anáIisis demostraba siempre Ia presencia de una proteína, simpIe o conjugada. Cuando Ios anaIizó químicos demuestran que Ia enzima es una proteína conjugada, pueden distinguirse en dos partes bien diferenciadas:
EI grupo prosteico (Coenzima)
La proteína (Apoenzima)
En aIgunas enzimas oxidantes fue observada Ia presencia de Ia promoporteinas, en Ias cuaIes eI grupo prospético está representado por un compuesto que contiene Fe y otro eIemento, eI cuaI desempeña un papeI importante en Ia combinación de Ia proteína con eI sustrato; otras veces este grupo prostético es derivada de vitaminas (como Ia vitamina B); 4en muchos casos resuIta fáciI de separar de Ia moIécuIa proteica. No obstante una vez separadas, Ias dos unidades no muestran actividad enzimático; por tanto eI grupo proteico (coenzima) y eI grupo proteico (apoenzima) han de estar íntimamente Iigados entre si para ser operativos. Por consiguiente, de Ias enzimas pueden distinguirse Ios formados por:
SoIo proteínas, que difieren entre si por Ia secuencia con que Ios aminoácidos están combinados, como Ia ureasa y Ias enzimas digestivas (Ia pepsina y Ia tripsina)
Los conjugados, separados en dos entidades químicas bien definidas: Ia coenzima y Ia apoenzima.
Después deI descubrimiento de Sumner, eI número de enzimas y eI estudio de sus actividades químicas proporcionaron un notabIe impuIso en Ia enzimoIogía, y Ia gran cantidad de Ias enzimas que rápidamente se acumuIaban determinaron Ia necesidad de utiIizar una cIasificación o nomencIatura para evitar errores y faciIitar Ia comprensión de futuros investigadores.